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Alifa Alwan Azra
Más de 6000 participantes de más de 170 países se reunieron en el Congreso Mundial de Parques 2014 de la UICN en Sídney, Australia. Al tiempo que reconocimos a los custodios tradicionales de la tierra donde nos reunimos, celebramos una enorme variedad de formas inspiradoras de responder a los retos que enfrenta nuestro planeta, por medio de enfoques de áreas protegidas que respetan y conservan la naturaleza a la vez que benefician la salud y bienestar humano. Reconocimos que es fundamental reencontrar el equilibrio en la relación entre la sociedad humana y la naturaleza, y que los ecosistemas y la variedad de vida que encierran son indispensables para nuestra existencia, identidad cultural y espiritual, economías y bienestar.
Celebramos de manera entusiasta el incremento, así como la gobernanza y gestión mejoradas, de las áreas protegidas y conservadas alrededor del mundo desde que nos reunimos en Durban en el 2003, lo mismo que el liderazgo y las iniciativas de muchas regiones, incluyendo el primer Congreso de Parques del Asia en la historia. En particular, recibimos con beneplácito el establecimiento de nuevas áreas marinas protegidas, ya que los océanos saludables son fundamentales para la vida sobre la tierra y deben ser protegidos a mucha mayor escala. Reconocemos el creciente papel que juegan las áreas y territorios conservados por pueblos indígenas, comunidades y entidades privadas para poder alcanzar los objetivos sociales y de conservación de la biodiversidad, así como las oportunidades que presentan las nuevas tecnologías de comunicación y otras para comprender mejor y reclutar nuevos constituyentes, incluyendo a jóvenes de las ciudades en rápido crecimiento alrededor del mundo. Aplaudimos las numerosas mejoras en prácticas corporativas, así como las variadas historias de éxito y diversas alianzas intersectoriales logradas en pos de la conservación de la naturaleza y la sostenibilidad.
A pesar de estos avances, reconocemos que las amenazas a la naturaleza, su diversidad biológica y las áreas protegidas han alcanzado su nivel más alto en la historia, debido a la convergencia a inmensa escala de los patrones de consumo humano, el crecimiento de la población y la actividad industrial. Muchas áreas protegidas y conservadas se encuentran en riesgo o son víctimas de una mala gestión, y muchos de los custodios de áreas en la primera línea de campo lo han sacrificado todo por esta causa. Es necesario enfrentar esta realidad en forma directa, veraz y colaborativa. Requerimos de una visión valiente y una acción concertada si queremos alcanzar tanto los objetivos de conservación como las aspiraciones humanas de las generaciones presentes y futuras. No hay tiempo que perder.
Por lo tanto, nosotros:
Prometemos VIGORIZAR… nuestros esfuerzos para garantizar que las áreas protegidas no retrocedan sino que avancen. Aumentaremos la protección de paisajes terrestres, humedales y paisajes marinos para asegurar la representación de todos los sitios esenciales para la conservación de la naturaleza, especialmente los océanos. Mejoraremos la diversidad, calidad y vitalidad de la gobernanza y la gestión, incluyendo un reconocimiento y apoyo apropiados a las áreas conservadas por pueblos indígenas, comunidades locales y entidades privadas. Nos esforzaremos por promover los usos sostenibles de la tierra y eliminar las actividades y políticas que degradan, amenazan o producen la extinción o la pérdida de los ecosistemas y su biodiversidad, incluyendo el desenfrenado comercio ilegal de vida silvestre y el impacto de especies exóticas invasoras. Reconoceremos, respetaremos, aportaremos recursos y apoyaremos a nuestro personal de primera línea en el campo para que puedan llevar a cabo su trabajo, a menudo peligroso pero siempre decisivo.
Prometemos INSPIRAR... a toda la gente, de todas las generaciones, geografías y culturas, para que experimenten la maravilla de la naturaleza por medio de las áreas protegidas, para seducir sus mentes y sus corazones y generar una asociación de por vida para su bienestar físico, sicológico, ecológico y espiritual. Motivaremos y reclutaremos a las nuevas generaciones de las comunidades urbanas y rurales, como una inversión en el futuro de la sostenibilidad en el planeta, y en la calidad de vida de la gente en todas partes. Más allá de esto, trabajando en alianza con y reconociendo la larga tradición y conocimiento, los derechos colectivos y las responsabilidades de los pueblos indígenas y las comunidades locales en relación con la tierra, el agua, los recursos naturales y la cultura, trataremos de rectificar y remediar las injusticias pasadas y presentes en cumplimiento de los acuerdos internacionales.
Prometemos INVERTIR… en las soluciones de la naturaleza, con el apoyo de políticas públicas, incentivos, herramientas y garantías que ayuden a detener la pérdida de biodiversidad, mitigar y responder al cambio climático, reducir el riesgo y el impacto de los desastres, mejorar la seguridad alimentaria y de suministro de agua, y promover la salud y dignidad humanas. Trabajaremos para permitir que las áreas protegidas y conservadas, así como sus custodios, puedan diseñar y controlar respuestas eficaces, basadas en la evidencia y culturalmente apropiadas para esos retos, y para presentar una defensa irresistible de la necesidad de un mayor reconocimiento, incentivos, capacidad y financiamiento directos. Estimularemos las redes regionales de aprendizaje y las iniciativas que apoyan estos objetivos. Colaboraremos con nuevos socios para promover economías sostenibles y equitativas que respetan los límites planetarios y la justicia social.
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